La ecografía, en el ámbito de la fisioterapia, es una gran herramienta que nos ayuda a decidir mejor sobre las técnicas de tratamiento a usar y sobre los plazos de recuperación del paciente.
Si bien es verdad que, como fisioterapeutas, no tenemos competencia para hacer un diagnóstico con un informe oficial como haría un radiólogo, el paciente en este caso tendría ser derivado al médico para confirmar o descartar lesiones que se puedan sospechar en la consulta. Además el ecógrafo también nos ayudará a aplicar técnicas invasivas como la EPTe o a localizar más exactamente las lesiones que queramos tratar con las ondas de choque, por ejemplo las calcificaciones.